La Confederación Nacional del Trabajo (CNT) es un centenario sindicato anarquista que hasta la Guerra Civil Española tuvo un enorme peso en el movimiento obrero español. En julio de 1936 tenía un millón de afiliados y existían cientos de ateneos y publicaciones libertarias . Ese verano, el de 1936, en el contexto de la revolución que estalló tras el golpe de estado militar, pudo poner en práctica muchas de sus ideas: desde la colectivización del campo y la industria en Cataluña y Aragón, hasta los liberatorios de prostitución, espacios en las que las mujeres sexualmente explotadas podían aprender un oficio y salir de esa condición tan humillante. Pero fue eso, el corto verano de la anarquía, como lo definió H. M. Enzensberger. La represión franquista primero,  y después las divisiones internas durante la Transición hicieron que la CNT prácticamente desapareciera del panorama sindical español.

La ideología ácrata de la CNT  lleva a esta central obrera a no participar en las elecciones sindicales, optando por otras formas de lucha, como la acción directa. "Acción directa" nos puede llevar a pensar en sabotajes y agresiones físicas, pero en realidad se concreta en cosas tan sencillas como concentraciones a las puertas de centros de trabajo en los que se desarrollan conflictos laborales. 

Esto es lo que ocurrió en la pastelería La Suiza, de Gijón, en junio de 2016. Hace nada menos que nueve años. Una mujer embarazada, trabajadora de esa empresa, solicita una baja por riesgo de aborto, tras un pelea entre su pareja y el empresario. La situación deriva en un cruce de denuncias entre ambos: la trabajadora presenta una denuncia contra el empresario por acoso sexual y laboral, y éste denuncia a la pareja de la trabajadora por agresión y daños en el local. En esta noticia de El Diario, hay una cronología detallada de lo ocurrido. 

La trabajadora pidió ayuda la CNT local, que organizó concentraciones en la puerta del negocio. El empresario demandó a la trabajadora y a cinco personas más, por coacciones. Denuncia que acabó en una condena desmesurada de más de tres años y medio de prisión, confirmada en instancias superiores y la denegación de un recurso ante el Tribunal Constitucional. Hace unos días, Los seis de la Suiza ingresaron en prisión, aunque han obtenido el tercer grado casi de inmediato. Numerosas instituciones públicas y organizaciones sociales y políticas han solicitado al Gobierno su indulto. Aunque el indulto implica el reconocimiento de haber cometido el delito. 

Delito que, en nuestra opinión, no ha existido. Porque la huelga y la acción sindical están muy lejos de ser delitos, pese al artículo 315.3 del Código Penal, introducido por el Partido Popular junto con la Ley Mordaza para criminalizar la acción sindical. 

Deseamos la rápida puesta en libertad de estas seis personas y que sigan implicados en la lucha por los derechos laborales y sociales que, en definitiva, es una lucha por los derechos humanos.