En los últimos meses, España ha experimentado un preocupante aumento en la siniestralidad laboral, realidad que afecta tanto a la seguridad física como al bienestar emocional de las personas trabajadoras. Este fenómeno no es casual, sino el resultado de una serie de decisiones y prácticas que han debilitado las condiciones laborales en múltiples sectores.

Algunos factores que explican este aumento:

1. Decisiones desconectadas de la realidad de cada sector

   La toma de decisiones por parte de órganos directivos ajenos a cada sector ha generado políticas y estrategias que no reflejan las necesidades reales de los trabajadores y trabajadoras. La falta de experiencia directa en el ámbito laboral específico ha llevado a medidas ineficaces y, en ocasiones, perjudiciales.

2. Recortes en seguridad y abaratamiento de costes

   La reducción de presupuestos destinados a medidas de seguridad ha supuesto entornos laborales más peligrosos. Este abaratamiento, lejos de ser una solución económica, pone en riesgo la vida y la salud de las plantillas.

3. Alta rotación de plantillas por condiciones laborales insostenibles

   Horarios deshumanizantes y condiciones laborales precarias han provocado una rotación constante de plantillas. Esta inestabilidad no solo afecta la moral de los equipos, sino que también incrementa los riesgos debido a la falta de experiencia y formación adecuada.

4. Ausencia de procedimientos y protocolos claros

   La negativa de las direcciones a establecer procedimientos concretos, con el fin de mantener flexibilidad para sus propios intereses, ha generado confusión y desprotección entre las plantillas.

5. Falta de sensibilidad hacia los riesgos psicosociales

   Los riesgos psicosociales, intrínsecos a muchos sectores, han sido ignorados sistemáticamente. La presión, el estrés y la falta de apoyo emocional son factores que contribuyen directamente a la siniestralidad.

6. Decisiones basadas en la imagen pública y no en las necesidades reales

   Las acciones tomadas para proteger la reputación de la entidad, en lugar de abordar los problemas de raíz, han dejado a los empleados y empleadas en una posición de vulnerabilidad.

7. Ausencia de perspectiva de género en los órganos directivos  

   La falta de representación y sensibilidad hacia las necesidades de cuidado y equidad de género en las decisiones directivas ha perpetuado desigualdades y riesgos específicos para ciertos grupos profesionales.


Las empresas y las instituciones deben adoptar un enfoque más humano y responsable en la gestión laboral, que incluya:

- Escuchar activamente a los trabajadores y sus representantes.

- Invertir en medidas de seguridad y formación.

- Implementar protocolos claros y efectivos.

- Incorporar la perspectiva de género en todos los niveles de decisión.


La siniestralidad laboral no es solo un problema estadístico; es una crisis que afecta a vidas humanas. Urge priorizar el bienestar de las personas trabajadoras y construir entornos laborales más seguros.